Era fiscal en Venezuela, reconocido penalista y con un posgrado en Derecho Mercantil. Se llamaba Néstor Alexander Pérez Martínez y pasó de tener un reconocimiento profesional y una posición acomodada, a ser un precario repartidor de comida basura, de Deliveroo, en la capital de España.
No pudo cumplir su sueño
Compartía piso en Madrid y pagaba 350 euros por una habitación cerca de la plaza Mayor. Dice El Mundo que “necesitaba entregar unos 120 pedidos para reunir esa cantidad. Para ganar 1.000 euros debía visitar unos 360 domicilios”.
Néstor dejó Venezuela en 2018 por la inestabilidad del país. “El hampa estaba suelta en las calles” señala su hermano Marcos. Sin embargo, halló su muerte en España. Una noche fue a un domicilio a llevar un pedido de comida. Una hamburguesa y una Coca-Cola Zero. 15 euros en total. Llevaba una moto prestada y un camión de basura chocó contra él. Murió a los pocos minutos.
Aquí terminó el sueño de un exfiscal de Venezuela por abrirse camino en España.