Nadia Brönimann, una de las figuras más icónicas del movimiento trans en Suiza, ha causado un gran revuelo al anunciar su intención de comenzar un proceso de detransición, volviendo a su identidad masculina original.
Brönimann, que en 1998 se convirtió en una de las primeras personas en Suiza en completar una transición de género, ha revelado su arrepentimiento y dolor por las consecuencias físicas y emocionales de su decisión, señala Religión en Libertad.
El 13 de agosto, Brönimann publicó en sus redes sociales una serie de fotos acompañadas del hashtag #detrans, señalando su deseo de regresar a su identidad anterior.
«Lloro por lo que le hice a Christian [su nombre antes de la transición] y a su cuerpo sano», escribió.
Su anuncio ha sido recibido con una mezcla de sorpresa y rechazo en la comunidad LGTBIQ+, donde algunos la han acusado de traición y transfobia.
Brönimann, que durante años fue un símbolo del éxito de la transición y una influyente voz dentro del movimiento, ha confesado que nunca logró reconciliarse completamente con su nueva identidad.
Pese a su apariencia femenina «perfecta», su vida personal se deterioró, sufriendo ansiedad, depresión e incluso internamientos psiquiátricos.
Ahora, a los 55 años, enfrenta la difícil decisión de iniciar un tratamiento con testosterona para volver a su identidad masculina, aunque teme las repercusiones físicas.
Brönimann advierte que la cirugía y los tratamientos hormonales no garantizan la felicidad, un mensaje que ha abierto un intenso debate sobre la identidad de género y las complejas decisiones médicas relacionadas.