James Williams trabajó durante una década en Google, y recibió el «Founders Award», el máximo reconocimiento de la compañía. Pero en 2016 decidió abandonar su trabajo para irse a estudiar filosofía a la Universidad de Oxford, y desde entonces se ha convertido en una de las voces más críticas con las tecnológicas.
James Williams acusa a Google y a otras tecnológicas de estar «esquilmando la atención de las personas, en un proceso de manipulación masiva de efectos nefastos, tanto a nivel individual como social: las personas estamos distraídas permanentemente, saltando de aquí para allá, indignándonos a cada poco con la última noticia, de la que solo leemos el titular, porque enseguida hay que saltar a otra, o cerrar un anuncio; mientras tanto, las democracias palidecen en un mar de desinformación y gritos. Y allá arriba, claro, los popes de Silicon Valley se frotan las manos», señala a Abc.
«Se invierten literalmente miles de millones de dólares en encontrar la manera de conseguir que poséis vuestra mirada en una cosa y no en otra; que compréis una cosa y no otra; que os preocupéis de una cosa y no de otra. Este es, literalmente, el propósito del diseño de muchas de estas tecnologías en las que habéis depositado vuestra confianza para que os ayuden a pilotar vuestra vida», denuncia Williams en un ensayo titulado: ‘Clics contra la humanidad’ (Editorial Gatopardo).